Tiempo para el alma
No estaría mal: cada mañana al despertar decirse a sí mismo: “hoy me propongo no juzgar a nadie”. No, nada mal hacer esta declaración matinal y repetirla cada vez que asoma a nuestra mente la intención de cuestionar -con la superflua y dañina intención de criticar- las decisiones de otras personas. Jesús lo dijo de varias formas:
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